La extraña pareja

¡¡Por fin les he pillado!! Tenía mis sospechas pero no estaban confirmadas y hoy le he visto salir de casa de ella. Dicho así puede que para vosotros, queridos lectores, no le veais la emoción por ninguna parte pero para mi la tiene. Os voy a poner en antecedentes.

Él es un sesentón, con cara de alcayata, teñido hasta las cejas de un color entre pelirrojo y caoba (no pilló bien los minutos del Farmatint), baboso, viejo verde, salido a más no poder. Si ve pasar a una tía se da la vuelta para saber si enseña el tanga, sin ningún tipo de tapujo, cuando hemos hecho alguna reunión de vecinos estaba más pendiente de las tetas de la camarera del segundo que de lo que allí se hablaba, hasta el punto de que el canalillo de la tipa tiene que tener la forma de su nariz... Pero el carcamal en cuestión tiene una cosa muy importante: panoja por un tubo y un montón de pisos alquilados por todo Bcn casi ná.

Ella (la inquilina) ronda los 35, cubana, guapa, de piel tostada, con una melena que le llega hasta el culo, sensual, dulce, educada, con mucha clase (no cómo las que van a las carpas del Fórum), siempre va muy elegante y con un escote de vértigo que le hace resaltar todo de sus dos atributos, contonea sus caderas sabiendo de su belleza y lo mas importante, huele muy muy bien. No creáis que me he vuelto hetero, solo que la arrendataria tiene mucho nivel.

Por el charco de babas qua había en la escalera y la cara con la que salía de casa de ella el alquiler lo ha cobrado en carne. No hay nada cómo tener pasta para que a la vejez y siendo un baboso geriátrico puedas estar tirandote a una tía con la que ni soñabas en tu etapa de pajillero adolescente y que podría ser tu hija.

Y yo me he quedado pensando en la frase el dinero no da la felicidad... que se lo pregunten a éste.