Sexy, sexy, sexy

Después de intentar ver los dos capítulos anteriores de "Ellas y el sexo débil" y apagar la tele a los 5 minutos por esos diálogos malos a mas no poder, esos actores casposos (que lástima de María Barranco), esas situaciones absurdas. Ayer descubrí la fórmula para encontrarla divertida, no es otra que irte a cenar con Nebrija (lease un amigo sino lo teneis a mano) e incarte una botella de txacolí (también sirve beberte un copazo en tu casa, y contra mas graduación supongo que mas te reirás).

Nos fuimos a cenar a un vasco, pero no un a vasco cualquiera, no, a un vasco de diseño, ¿cómo se entiende eso? Si algo tenían esos baretos es la cantidad de comida por centímetro cuadrado que te ponían en el plato, aquí no, todo muy bien presentado pero la comida la tenías que buscar debajo de las tostadas de pan. Pero volvamos a la serie que es de lo que estamos hablando hoy, las situaciones que las anteriores semanas me parecían lo peor que había visto en años, ayer eran gloria y no pude parar de reirme en todo el capítulo. Empezando por la Monja-Hacker que se metió en la web del Vaticano y había descubierto el 4º secreto de Fátima, Luís Fernández vestido de rapero, la Obregón que no podía ser menos y se viste de colegiala quinceañera con un cinturón ancho como minifalda, y para rematar todo, ella misma vestida con un body rojo y unas botas rosas hasta las rodillas, situaciones muy fastuosas y surrealistas que nos pasan a todos cada día.

Aunque la verdad, ¿qué podiamos esperar de esa prodigiosa mente que puede ser bióloga-icono-madre-coraje escritora-de-cuentos-infantiles-guionista-actriz-barbie-geriátrica todo a la vez?