Dr. Infierno, portrait of a serial killer

Estaba yo en el Cd-Drome pensando si comprarme el disco de Aardvarkc y de repente se me acerca un tio y me dice que el cd es muy bueno, yo le digo que solo he escuchado el single y me ha gustado pero que no sé que hacer. Empezamos a hablar de todo tipo de música y no sé cómo terminamos en mi casa. Le digo que si quiere tomar algo, y me dice que le apetece un vaso de agua fría, yo con la excusa de no tener le ofrezco algo con alcohol y sin que se de cuenta le echo unos somníferos en la cerveza. Con el calor que hace se la bebe de un trago, seguimos hablando y a los cinco minutos le tengo dormidito cual bebé.
Cuando despierta está atado a una silla, me dice que que hago. Yo me rio, pongo a grabar la cámara, le enseño unos alicates y le pregunto si su madre no le enseñó a no ir con gente desconocida. Me acerco a él con los alicates en mano y le arranco unos cuantos dientes, empieza a gritar, le corto la lengua para que no grite, pero sigue gritando, le pongo un trapo en la boca para que no me pringue en parquet con la sangre que suelta el cerdo y acto seguido le pongo precinto en la boca para que no grite más. Luego saco el cutter y le corto el iris como en el perro andaluz y empieza a salir un líquido gelatinoso, el otro ojo se lo dejo para que vea lo que le espera. En ese momento le pregunto si se quiere ir, entre gemidos y balbuceando me dice con la cabeza que sí, le digo que de ahí no se mueve, y para asegurarme le corto los dos tendones de aquiles. Le empiezo a hablar de lo real que va a quedar en la película, que lo mismo le dan el Oscar a la mejor interpretación. El no me quiere escuchar, no me queda mas remedio que clavarle las muñecas a sus rodillas, a ver si así me hace mas caso. Cojo la taladradora, me acerco a él y suena el despertador. Vaya putada, solo era un sueño, más bien un dulce sueño por el buen sabor de boca que me ha dejado, aparte de una leve erección.
Ya me lo dicen mis amigos, tanto cine gore y de serie B no puede ser bueno, es que el mal posee una justificación estética incuestionable.